Social

Toda publicidad tiene una dimensión social porque parte en su concepción misma de la sociedad y de sus valores vigentes. La publicidad social es doblemente social porque persigue fines vinculados con la mejora de los individuos y las sociedades en las que viven. La denominada publicidad social no es un fenómeno nuevo, de hecho, existen antecedentes antiguos de lo que hoy consideramos campañas sociales. Ya en la antigua Grecia y en Roma se lanzaron campañas para liberar a los esclavos. Durante la revolución Industrial en Inglaterra se llevaron a cabo campañas para evadir la prisión por deudas, conceder derechos de voto a las mujeres y abolir el trabajo de los niños. En América, las campañas más notables de reforma social del siglo XIX comprendieron el movimiento por la abolición de la esclavitud, los movimientos por la prohibición y moderación en la bebida, y un movimiento para conseguir que el Gobierno Federal regulase la calidad de los alimentos y de los productos farmacéuticos”. De todas maneras, no fue hasta la década de los cincuenta cuando se empezó a estudiar de una manera sistemática la publicidad de causas sociales. A su vez hablar de publicidad es también en algunos casos hablar de marketing, en el caso del marketing social, este utiliza una gran variedad de conceptos y técnicas del marketing de productos de consumo para crear su propio marketing, más completo y ampliado.